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La Condesa de Chinchón
Ubicación: Sala 36. [P7767]
Cronología: 1800
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Medidas: 216 cm x 144 cm
Escuela: Española
Tema: Retrato
Procedencia: Adquisición, 2000

Estamos ante uno de los más delicados retratos que Goya pinta en su etapa de madurez.
María Teresa de Borbón, condesa de Chinchón, era hija de Mª Teresa de Vallabriga y de Luís Antonio de Borbón, una de las figuras importantes de la Ilustración, mecenas artístico de pintores y músicos, y hermano del rey Carlos III. El matrimonio, realizado sin la autorización del rey, supuso la pérdida de honores y derechos para don Luis y su familia, así como la obligación de abandonar la corte. La férrea voluntad de don Luis para realizar este matrimonio suponía un acto de desobediencia a la autoridad real que Carlos III, celoso además por los efectos que pudiera tener respecto a la descendencia, no pudo consentir en un momento en que está legislando, precisamente, para reforzar la autoridad de los padres sobre los hijos a través del control de sus matrimonios.
Cuando don Luis muere, ella y su hermana son confinadas en un convento en Toledo, separadas así de su madre y su hermano. Allí residirán durante diez años. Cuando María Teresa cuenta 17 años, su hermano Luis María concierta su boda, a instancias de los reyes Mª Luisa de Parma y Carlos IV, con Manuel Godoy, entonces primer ministro. Con esta boda, los reyes consiguen otorgar un estatuto de nobleza a su primer ministro, a la vez que la familia de don Luis vuelve a ser aceptada por la Casa Real. María Teresa, por tanto, fue utilizada para restituir los honores y los privilegios de su familia -que recuperó el derecho a utilizar el apellido Borbón y el título de Grandes de España, así como una serie de títulos y privilegios eclesiásticos para Luis María. Esta restitución, que dio a María Teresa el reconocimiento de Princesa de la Paz, supuso sin embargo un alto precio personal para ella por las fuertes desavenencias que mantuvo con su esposo.
Pese a la delicadeza que podemos observar en esta pintura, María Teresa fue sin duda una mujer enérgica, que intentó abandonar a Godoy. La oposición de la reina, Mª Luisa de Parma, lo impidió, pero ella nunca aceptó someterse a su marido.
La condesa de Chinchón abandonaría finalmente a Godoy en 1808 cuando este perdió el poder a raíz de los sucesos del Motín de Aranjuez. Mientras Godoy huye a Francia, la condesa de Chinchón, no sólo no abandona España, sino que se sitúa en primera línea de los acontecimientos políticos, viajando con su hermano Luis María de Borbón a Cádiz. Ambos tuvieron un papel relevante en el desarrollo de la Constitución liberal de 1812 y en los intentos de que Fernando VII la reconociese como instrumento de gobierno.
La condesa de Chinchón, a la que Goya conoció y retrató de niña y por la que parece haber sentido un profundo afecto, aparece en esta obra embarazada de su hija Carlota -que será educada por la reina Mª Luisa- y tocada con espigas de trigo como símbolo de fertilidad.